
Desde entonces todos los inviernos Grace se asoma al bosque y, desde la distancia, lobo y chica se observan.
Cuando llega el calor, la manada desaparece y, con ella, “su lobo”.
Pero este año, Grace deseará que el invierno no llegue y que el otoño dure para siempre. Ha conocido a un chico, se llama Sam. Es un tipo normal, salvo por sus ojos. Son de un extraño color amarillo.